Es una especialidad en la que los facultativos están preparados para atender enfermedades que no necesitan tratamiento quirúrgico y que afectan a diferentes órganos del cuerpo. Al conocer en profundidad patologías muy diversas, los internistas se convierten en la persona de confianza para los pacientes y sus familias. Una de sus principales funciones es realizar los reconocimientos médicos preventivos y coordinar los tratamientos necesarios con otras especialidades cuando es preceptivo.

